30 abr 2011


  • No quiero pensar que me equivoqué al enamorarme de la persona que no era, no quiero pensar que le regalé mi corazón a cualquiera, no quiero pensar que estoy metida en una cárcel, donde se supone que está llena de amor, y lo único que hay, es dolor, no quiero pensar nada, pero, es imposible. Cada segundo que pasa, me siento más perdida, cada segundo lo siento como un día de tortura, cada segundo me dice tu nombre, cada segundo se vuelve una eternidad. Eternidad, palabra fácil de entender, pero algo imposible. Nada es eterno, solo Dios y su amor, amor que sabe darnos, pero, también quitarnos. Es tan raro sentirse culpable, y no saber el porque. Es tan doloroso perder a alguien, que así como no podrías describir estar enamorada, no podrías describir la pérdida, la pérdida de alguien a quien has apostado, alguien con quien pensabas que ibas a soñar, alguien con quien deseabas tener algo, algo juntos. Nunca olvidaré esto, nunca volveré a abrirme como lo hice, nunca diré para siempre, nunca volveré a amar como lo hago, nunca más regalaré mi corazón, si es que lo puedo recuperar. Nunca, nunca más. Si te puedo recuperar, no lo sé, sólo quiero dejar que el tiempo y la distancia hagan su papel, como siempre lo han hecho. Siempre han sido factores importantes, dos palabras que fueron esenciales parar poder algún día tenerte cerca, solo dos obstáculos causaron que dos corazones se separen, más de lo que ya están, causaron que las almas se alejen, causaron que las sonrisas se vuelvan llantos,y que las lagrimas blancas se vuelvan negras con sabor amargo, si, el sabor del dolor y tristeza.